Jescan no nació de una estrategía

Nació de una decisión de vida

Hola, soy Jesús.


Te voy a contar nuestra historia, no para impresionar,

sino con la esperanza de inspirarte.

Si estás aquí, quizá estés en un punto parecido al que yo estuve: queriendo cambiar de vida, conectar con tu perro de verdad, pero sin saber por dónde empezar.

Nosotros también empezamos así.

Sin saber. Sin recursos. Sin promesas.

Solo con una certeza: esto tenía que tener sentido.

Mis primeros maestros tenían cuatro patas

Mi primer perro se llamaba Bobby. Yo tendría dos o tres años. Después vino Laika, una mestiza que me acompañó durante toda mi infancia.

Le celebraba cumpleaños, le hacía fotos, y siempre la ponía en primer plano: “Ellos importan”, (era lo que quería decir al mundo).

Mientras otros niños soñaban con coches o fútbol, yo fantaseaba con adiestrar a mi perro.

Nací en Tomelloso en 1983, y entonces, hablar de adiestramiento canino era ciencia ficción.

El sueño imposible

Devoraba fascículos y soñaba con un pastor alemán de película. No sabía si sería mi futuro… pero ya era mi propósito.

{{brizy_dc_image_alt imageSrc=
{{brizy_dc_image_alt imageSrc=
{{brizy_dc_image_alt imageSrc=

Sin apenas información, devoraba los fascículos que encontraba, soñando con tener un pastor alemán “de película”. En el año 1.999 lo conseguí.

Y en 2006 empecé mi primera formación con un guía canino de la Guardia Civil.

En 2007 me matriculé en ISED

Madrid. Era el inicio de algo que no sabía si sería una profesión… pero ya era mi propósito.

Una vida de esfuerzo y construcción

{{brizy_dc_image_alt imageSrc=

Desde los 15 trabajé en la construcción. Jornadas de 10 horas al sol, sin seguridad, viajando cientos de kilómetros de ida y vuelta a dirario.

A los 21 tenía mi propia empresa. Pero en 2008 la crisis me arrasó.

Perdí mi casa, mis coches, mis ahorros. Todo lo que

había conseguido desde niño.

Y aunque fue un golpe muy duro, también fue una puerta.

El giro: adiestrador canino

{{brizy_dc_image_alt imageSrc=
{{brizy_dc_image_alt imageSrc=

Aquel año empecé a dedicarme al adiestramiento. Primero como Jesús López. Luego como Saylo. Monté una tienda, una peluquería, crié diferentes razas. También lancé una web (que no funcionó), una app (que no quiero ni comentar) y confié en gente que solo nos hizo perder dinero.

Todo era a base de esfuerzo, caída y aprendizaje.

Un sueño que quedó a medias… y volvió con más fuerza

{{brizy_dc_image_alt imageSrc=
{{brizy_dc_image_alt imageSrc=
{{brizy_dc_image_alt imageSrc=

En 2007 comenzamos a construir nuestra propia residencia canina. Con lo poco que teníamos, dimos el primer paso.

Contábamos con algo de maquinaria, algo de herramienta, y los trabajadores de mi propia empresa, a quienes seguí pagando con lo poco que me quedaba para poder iniciar el proyecto. Teníamos ilusión y una visión clara:

crear un lugar hecho por y para los perros.

Pero en 2008, la crisis lo paró todo. Faltaban fondos, materiales, oportunidades…

Y así quedó: un proyecto a medias, sin terminar, durante casi diez años.

Hasta que, ya en 2017, decidimos retomarlo.

Con menos recursos, pero más determinación. Tuvimos que malvender lo poco que nos quedaba para poder seguir.

Y esta vez, sin ayudas ni grandes medios, lo hicimos con nuestras manos.

Lo que en su día fue un sueño interrumpido…

hoy es nuestro hogar. El lugar donde tantos tutores y perros han cambiado su historia.

JESCAN: el proyecto que nació del amor

{{brizy_dc_image_alt imageSrc=

En 2011 llegó Estefanía. Con ella llegó otra forma de ver la vida.

Creamos JESCAN en 2012. Primero pensamos en ESGECAN (Estefanía + Jesús + Canino), pero no sonaba bien. J de Jesús, ES de Estefanía y CAN de canino. Así quedó JESCAN.

Logo cutre hecho por mí, chaquetas rotuladas a mano, web casera… pero teníamos algo más valioso que todo eso: una misión compartida.

Lo que no se ve

{{brizy_dc_image_alt imageSrc=
{{brizy_dc_image_alt imageSrc=

Contraté una empresa de SEO pagando más de lo que ganaba. Me costó, pero posicioné en Madrid.

Dormía en el coche entre sesiones, me pasaba el día esperando.

Campericé una vieja furgoneta para poder quedarme allí.

Mientras tanto, Estefanía empezaba a trabajar conmigo. Adiestró a nuestra perra Lara, y ahí comenzó su propio camino en esta profesión.

Todo con nuestras manos

{{brizy_dc_image_alt imageSrc=
{{brizy_dc_image_alt imageSrc=
{{brizy_dc_image_alt imageSrc=
{{brizy_dc_image_alt imageSrc=

Intentamos alquilar una residencia, fue un fracaso. Así que apostamos todo lo que nos quedaba para terminar la que habíamos empezado años atrás.

Sin dinero, sin maquinaria. Todo lo hicimos con nuestras manos.

Hormigonera rota, electricidad, fontanería, césped a pico y pala.

Era agotador… pero era nuestro hogar.

El momento en que todo se detuvo

Todo lo que había hecho, lo había hecho por él.

Quería trabajar con Estefanía y con mi hijo Jesús. Vivir de esto, juntos.

Y cuando el césped recién plantado empezaba a brotar…

mi hijo Jesús murió en un accidente de moto. Tenía 16 años.

Mi vida se paró. Entré en una oscuridad total. Busqué respuestas. Me lancé a un viaje espiritual del que aún no he regresado.

Pero algo dentro me decía que no podía quedarme ahí. Que tenía que sostener a mi familia. A los que aún estaban. A mí mismo.

"Y así empecé a levantarme. Poco a poco. Desde lo más hondo."

El trabajo que no se ve

Mientras muchos buscaban atajos, yo elegí el camino largo.


Construí nuestras webs desde cero. Aprendí SEO, publicidad, campañas de AdWords. Posicioné nuestras páginas en Madrid, Toledo, Cuenca, Ciudad Real, Albacete… y en cientos de pueblos más.

Día tras día, recorría más de mil kilómetros recogiendo perros, mientras Estefanía cuidaba sola de todos los que ya estaban en la residencia. A veces no dormíamos, pero los perros estaban bien. Y eso era lo único que importaba.

No hubo agencias, ni mentores, ni ayudas. Solo amor, esfuerzo y compromiso.


"El tipo de trabajo que no se ve, pero que lo cambia todo."

Hoy – Seguimos educando, acompañando… y cuidando como nadie

En Jescan somos educadores caninos antes que nada. Acompañamos a tutores cada semana, dentro y fuera de nuestra residencia, para transformar su convivencia con sus perros.

Nuestra metodología propia, CanÉpica, nos permite guiar a cada persona y a cada perro con claridad, empatía y resultados reales. Es un sistema vivo, donde la formación, el vínculo y la comprensión profunda se unen para que ambos evolucionen juntos.

La residencia canina nació como una extensión natural de todo esto: un lugar donde aplicar lo que enseñamos, cuidando del perro como si fuera nuestro y manteniendo al tutor siempre informado, con total transparencia.

Aquí todo se adapta al perro. No hay protocolos fijos, hay escucha. Evaluamos, acompañamos y transformamos desde el respeto.

Nos seguimos formando cada año, sin parar. Y todo lo que aprendemos, lo ponemos al servicio de quienes vienen.

Cientos de tutores han recorrido este camino con nosotros. Y seguimos aquí, con más alma que nunca.

Desde lo que no se ve

Hay una parte de nuestro trabajo que no se enseña. Solo se siente.

A lo largo de estos años, hemos aprendido de perros…


Pero también de la vida, la muerte, la energía, el alma.

No lo imponemos. No lo vendemos. Solo está.


Y quien lo siente, lo sabe.

Jescan es un camino.


Para quien quiera crecer con su perro, pero también consigo mismo.

Aprender fue la única opción

Y lo hicimos juntos: Jesús y Estefanía.

Llevamos más de 17 años formándonos con más de 50 referentes en comportamiento, emoción y bienestar canino. Desde Turid Rugaas, Ian Dunbar o Emma Parsons, hasta Ken Ramirez, Claudia Fugazza, Carlos Alfonso López , Susana Fridman, Grisha Stewart y muchos más.

Pero lo que de verdad nos define no es la lista de cursos, sino cómo hemos integrado todo ese conocimiento en CanÉpica, nuestro propio método de trabajo. Cada idea, cada enfoque y cada experiencia ha pasado por nuestro filtro humano, técnico y espiritual, para convertirse en una forma de acompañar única.

Sin formación no hay evolución. Y sin vivencia, no hay transformación.

Porque sí, la vida ha sido una gran maestra. Pero sin haber buscado activamente aprender, comprender y estudiar a fondo… no podríamos hacer el trabajo que hacemos hoy.

Estamos aquí para ayudarte

Los email se contestan rápido, pero en ocasiones podemos tardar algo de tiempo en contestar, aunque no superarán las 24h. Si tienes alguna consulta urgente no te cortes, llámanos o escríbenos por Whastapp:

659 43 95 16.

Correo: info@jescan.es

Telf: 659 43 95 16